Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
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Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
Titulo: Camino al Infierno
Clasificación: T
Género: Aventura, Supernatural , Humor, Misterio.
Advertencia: Referencias a la serie de TV: Supernatural
Longitud: Incompleto
Resumen
La continuación a la historia "Despertar con los muertos", las chicas están de vuelta y sin saber que hacer. ¿Qué les deparará el futuro?
Advertencia: Humor y referencias que solo unas cuantas personas podrían entender.
Regalo de Cumpleaños Para Kirtash
Clasificación: T
Género: Aventura, Supernatural , Humor, Misterio.
Advertencia: Referencias a la serie de TV: Supernatural
Longitud: Incompleto
Resumen
La continuación a la historia "Despertar con los muertos", las chicas están de vuelta y sin saber que hacer. ¿Qué les deparará el futuro?
Advertencia: Humor y referencias que solo unas cuantas personas podrían entender.
Regalo de Cumpleaños Para Kirtash
Última edición por Avada Kedavra el Jue Jul 15, 2010 9:48 pm, editado 2 veces
Re: Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
Capítulo 1
-/-
Capítulo 1
Tecleó las últimas palabras del comentario que estaba dando a una historia y agarró el vaso con Coca-cola que tenía a un costado. Tomó un trago bastante largo y luego lo dejó en su lugar.
A su alrededor lo único que se escuchaba era el ruido del ventilador interno de la computadora y Jon Bon Jovi cantando en voz baja "Wanted dead or alive/Buscado vivo o muerto".
Se mordió el labio mientras se contenía para no ponerse a cantar, no sería bueno hacerlo en medio de ese silencio, a las dos de la mañana y con toda la casa llena de gente dormida.
En la pantalla del monitor muchas ventanitas se encontraban abiertas. Mientras que la chica revisaba y hacia cosas en internet, pensaba en la canción y el momento en el que Dean Winchester la cantaba mientras iba en su Impala del 67 junto con su hermano Sam en busca de Lilith. Había terminado destrozado por perros del infierno pero Carolina prefería dejar ese pensamiento a un lado, era mejor no estar enojada y con deseos asesinos de demonios a esa hora.
Y hablando de demonios…
Inconscientemente se miró el brazo tapado por el pijama, en donde sabia se encontraba el pentagrama dibujado en su piel con marcador permanente. En el bolsillo delantero del pantalón pijama un fajón de billetes y cuatro DVDs en un sobre.
Volvió su vista al monitor y siguió en lo suyo, leyendo más historias de Supernatural.
Recordó la experiencia que había tenido con Danitza. Reírse no había sido algo que alguna de las dos hubiera pensado hacer en esos momentos aunque creyó que el hecho de que los hermanos lo lograran se debía a la práctica. Ellas definitivamente no la tenían.
Y en cuanto a eso…
Pensó nuevamente en todo lo que traía consigo a esas alturas de la noche e intentó mantenerse calmada.
No sabía si algo como lo que había pasado podía repetirse, por lo que prefería estar un poco preparada. Había que mencionar que el hecho de que en cualquier momento pudiera aparecer en algún lugar desconocido con algo intentando matarla no le daba unos sueños muy tranquilizadores.
Se levantó para buscar unas cosas y uno de sus brazos le dio un tirón de dolor.
Hacía dos semanas que había vuelto de su "viaje" y el corte había sido bastante profundo, no como para tener que hacerle puntos, Carolina bendijo por eso, pero lo suficiente como para que tardara en curar, aunque estaba segura le dejaría una cicatriz.
Si había algo que agradecía la chica era que fuera invierno, por lo cual podía mantener ocultado el tajo. Si hubiera tenido que mostrar lo que pasó habría tenido que dar muchas explicaciones que hubieran terminado siendo mentira. Sus padres podrían escucharla un montón y tener súper confianza en ella, lo cual era reciproco entre ambas partes. Pero… de verdad… ¿Decirles lo que ocurrió? Antes que eso se creen que la computadora, los libros y las series de televisión por fin habían trastornado a su hija después de tanta advertencia.
Y la terminaban mandando al psicólogo. O, y peor que eso, le quitaban la computadora.
No, era definitivo que no podía decir nada.
Esa cosa era su vida.
De pronto el sonido de Back in Black de AC/DC se mescló con la música que sonaba desde la computadora en ese momento. Carolina miró hacia los costados y visualizó su mesita de luz, se levantó y buscó su celular al cual le había llegado un mensaje de texto. ¿Quién podía ser a esta hora? Desbloqueó el teléfono y abrió el mensaje en donde se leía:
"ASTAROTH"
Y Caro lo miró. Y lo sintió, porque después de algo así de raro, y tras lo que ya le había ocurrido creía cualquier cosa y estaba dispuesta a tomar muy en cuenta a sus presentimientos.
Su mundo se desvaneció frente a ella, aunque fue capaz de tomar en sus manos un bolso antes de que ocurriera.
-
Abrió los ojos y parpadeó varias veces intentando ver algo. Levantó su rostro y vislumbró la luna completamente llena y la copa de los árboles que se encontraban a su alrededor. Tras eso se preocupó mucho, porque si empezaban a haber aullidos a su alrededor no creía que saldría viva.
En cuanto ese pensamiento cruzó su cabeza se dio un fuerte cachetazo en la frente.
-Estúpida…- se dijo a sí misma- los hombres lobo no aúllan…
Sería así, mientras que su teoría de estar en algo así como Supernatural fuera verdadera, ya que en ese mundo los hombres lobo no eran nada parecido físicamente a como se los planteaba comúnmente.
Y si se equivocaba…
Pues estaba totalmente hasta las manos.
Tras un minuto de estar en el lugar, y gracias a la abundante luz que proporcionaba la luna pudo ver con mayor nitidez sus alrededores. Quería salir ya de ese bosque, pero era mejor que primero se pusiera una ropa como la gente, y algo de zapatillas. Cosas que llevaba en el bolso que había traído consigo. Lo había tenido preparado siempre por las dudas.
En cuanto se hubo cambiado, decidió seguir lo que parecía un sendero natural ubicado a su izquierda, además parecían venir sonidos de autos por esa parte, por lo que creyó que era lo más sensato antes de que algo intentara comérsela con salsa roquefort.
Avanzó unos pocos pasos y el sonido de una rama seca al romperse la hizo detener completamente. Se quedó quieta. Si su oído no le fallaba el ruido había venido de su izquierda.
Y aquí comenzaba nuevamente la maratón…
Se dio vuelta hacia un costado, intentando vislumbrar algo. Allí no muy lejos había una silueta humana.
Tuc…tuc…tuc…
Ese era su corazón dándole nuevamente la bienvenida y anunciando que existía.
Se quedó parada allí donde estaba, sin lograr que sus piernas le respondieran y obedecieran al comando de salir de allí lo más rápido posible. Entre ese tiempo la sombra se había acercado y ya podía verla mejor… ¿era eso un arma? El segundo murmullo de una rama rompiéndose logró que ella reaccionara y decidiera correr. Aunque no ayudó que en ese momento sonara un disparo.
Carolina se tiró al suelo, y unos árboles por enfrente de ella recibieron el impacto. Se giró sobre sí misma a la vez que se ensuciaba de tierra, para ver a Danitza penetrar en su campo de visión iluminado por la luna, con remera negra, un jean azul con zapatillas y… ¿un fusil semiautomático?
-Oh…-dice Danitza al ver a la chica tirada.
Carolina la observó durante tres segundos hasta asegurarse que era ella y luego…
-¿Oh?-le inquiere- ¿Casi me matas y solo decís: oh?
-Mejor prevenir que morir, Caro-le respondió excusándose la chica de pelo negro.
-Pues te sacas esa filosofía de la mente porque en cualquier momento nos termina matando.-le ordenó su compañera mientras se levantaba. Se sacudió el pantalón y miró el arma de Danitza.- A todo esto, ¿de dónde sacaste el fusil?
-Caro…
-Sí, sí… Ya sé. Honduras. ¿Me consigues una M16 para la próxima?-le preguntó.
-No problem.
-Bien-y Caro sonrió.
Las dos chicas cruzaron miradas y luego las dirigieran al bosque que las rodeaba.
-Vayamos ya.-expresó Dany.
-No podría estar más de acuerdo-coincidió Caro- y Dany…
-Decime.
-Estate atenta con el fusil.
-No servirá de nada Caro.-admitió su amiga.
-Lo sé, ¿pero puedo tener algo de esperanzas no?-preguntó la chica bromeando.
-Como tú quieras-le respondió Danitza.- ¿Alguna idea de que tendremos que hacer en esta aventura?
-Bueno, lo básico y fundamental es bastante obvio.-aseguró Caro mientras ambas tomaban el camino por el cual Caro antes había decidido irse.
Danitza la miró.
-¿Por qué tengo la sensación de que saldrás con una estupidez?
Carolina de devolvió la mirada.
-Mantenernos vivas no es ninguna estupidez, quiero seguir viviendo querida.
-¿Viste?-dijo Dany haciendo referencia a que sabía que Carolina saldría con cualquier cosa.
Caro la ignoró y siguió hablando.
-Creo que tengo una idea, no sé si tú también lo habrás visto.- luego miró hacia todos lados- Aunque sinceramente no me gusta lo que imagino.
-¿Qué cosa?
-Antes de venir acá recibí un mensaje al celular.- dijo.
Danitza la observó con el ceño fruncido.
-¿Y…?
-Decía Astaroth.-terminó la de cabello marrón.
Danitza puso los ojos en blanco.
-¿El…?
-Sí.
-¿Aquel de la legión del…?
-Sí.
-¿Uno de los más pode…?
-Sí, Dany. Astaroth, el demonio, uno de los comandantes supuestamente de legiones en el infierno, aquel que se lo representa con una serpiente, uno de los más poderosos. ¿Algo más que necesite decir?
-¿Es real?
-¿Qué cosa?-preguntó confundida Carolina.
-Astaroth.
-Eh… Dany. Tomando en cuenta todo, creo que esa pregunta es medio estúpida.
La susodicha la miró.
-En Supernatural nunca escuché que lo nombraran, podría no existir.-le reprochó.
-Sí, bueno… Lilith está, Azazel está, ¿Por qué no podría estar Astaroth?-preguntó Carolina planteándolo como obvio.
Danitza simplemente se encogió de hombros.
-¿Y qué crees que pase con ese mensaje?-preguntó.
Caro se detuvo y la observó detenidamente, luego le respondió.
-Danitza… por favor. Piensa como si estuviéramos en un libro o una serie de televisión. ¿Qué demonios crees que pasaría?
La pelinegra la vio enojada y a la vez preocupada.
-Vamos a morir-afirmó.
-Coincido con vos-aseguró Caro.-Aunque la última vez dijimos lo mismo y salimos bastante vivas. Pero Astaroth…-miró al cielo- terminaremos cortadas en pedacitos- le comentó a su amiga.- y ahí ya no sé si podré ocultarlo de mis padres, como que se darían cuenta.
-Aja…-solo murmuró Dany y ambas siguieron su camino hasta llegar a una ruta.
Ningún auto cruzaba por ella y se encontraba bastante desolada.
-¿Y ahora?-preguntó la de remera negra.
-Eh… ¿no sé?- dijo encogiéndose de hombros Carolina.- ¿Esperamos a que pase un auto y vemos si nos puede llevar?
Danitza la miró preocupada.
-Caro, sabes que hay toda clase de depravados, y a esta hora…-insinuó.
La chica solo la miró.
-Danitza, tienes un fusil semiautomático, si al que esté en el auto o lo que sea se le ocurre algo se encontrará peor que nosotras.
Dany parpadeó y miró el arma en sus manos.
-Cierto.-coincidió y fue a sentarse en un tronco caído. Pareció cavilar un poco y agregó.- ¿Y si fuera un demonio?
Caro puso los ojos en blanco
-Sinceramente no sé qué clase de suerte tendríamos que tener para caer bajo las garras de un demonio que hace auto-stop.
-Todo es posible Caro… todo es posible.-le aseguró su amiga.-Y más desde hace dos semanas.-luego puso una cara extraña- Aunque tiene algo de malo todo esto.
-¿Qué cosa?
-Me hace desear que hubiéramos caído en el mundo de Harry Potter, y no me puedo sacar eso de la cabeza.
Caro se sentó a su lado.
-Pues eso hubiera sido terrible.
Danitza la miró como si estuviera loca. Caro explicó al instante.
-Porque seriamos muggles Dany, al menos aquí podemos acabar con lo que nos ataque. Allá nos mandan el Avada y hasta ahí llegó la aventura.
Dany negó con la cabeza.
-Ya verás cómo me los cargaré a todos aunque tenga que hacerlo con esto- y sostuvo en alto el fusil.
Caro solo rió y luego habló:
-Aunque hablamos del mundo de Supernatural, quizás todo esto no tenga nada que ver, a lo mejor es simplemente algo muy parecido. -quedó pensativa.-En cuanto tenga una computadora delante probaré poniendo Supernatural y Sam y Dean. Si me sale lo de los libros escritos por Carven Edlun hablando de la historia entonces confirmaremos nuestra teoría.-murmuró con los ojos brillándole de entusiasmo- ¿Y sabes qué significa eso Dany?
-Que te puedes violar a Dean Winchester, Caro.
-Exacto Dany, exacto.
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Capítulo 1
Tecleó las últimas palabras del comentario que estaba dando a una historia y agarró el vaso con Coca-cola que tenía a un costado. Tomó un trago bastante largo y luego lo dejó en su lugar.
A su alrededor lo único que se escuchaba era el ruido del ventilador interno de la computadora y Jon Bon Jovi cantando en voz baja "Wanted dead or alive/Buscado vivo o muerto".
Se mordió el labio mientras se contenía para no ponerse a cantar, no sería bueno hacerlo en medio de ese silencio, a las dos de la mañana y con toda la casa llena de gente dormida.
En la pantalla del monitor muchas ventanitas se encontraban abiertas. Mientras que la chica revisaba y hacia cosas en internet, pensaba en la canción y el momento en el que Dean Winchester la cantaba mientras iba en su Impala del 67 junto con su hermano Sam en busca de Lilith. Había terminado destrozado por perros del infierno pero Carolina prefería dejar ese pensamiento a un lado, era mejor no estar enojada y con deseos asesinos de demonios a esa hora.
Y hablando de demonios…
Inconscientemente se miró el brazo tapado por el pijama, en donde sabia se encontraba el pentagrama dibujado en su piel con marcador permanente. En el bolsillo delantero del pantalón pijama un fajón de billetes y cuatro DVDs en un sobre.
Volvió su vista al monitor y siguió en lo suyo, leyendo más historias de Supernatural.
Recordó la experiencia que había tenido con Danitza. Reírse no había sido algo que alguna de las dos hubiera pensado hacer en esos momentos aunque creyó que el hecho de que los hermanos lo lograran se debía a la práctica. Ellas definitivamente no la tenían.
Y en cuanto a eso…
Pensó nuevamente en todo lo que traía consigo a esas alturas de la noche e intentó mantenerse calmada.
No sabía si algo como lo que había pasado podía repetirse, por lo que prefería estar un poco preparada. Había que mencionar que el hecho de que en cualquier momento pudiera aparecer en algún lugar desconocido con algo intentando matarla no le daba unos sueños muy tranquilizadores.
Se levantó para buscar unas cosas y uno de sus brazos le dio un tirón de dolor.
Hacía dos semanas que había vuelto de su "viaje" y el corte había sido bastante profundo, no como para tener que hacerle puntos, Carolina bendijo por eso, pero lo suficiente como para que tardara en curar, aunque estaba segura le dejaría una cicatriz.
Si había algo que agradecía la chica era que fuera invierno, por lo cual podía mantener ocultado el tajo. Si hubiera tenido que mostrar lo que pasó habría tenido que dar muchas explicaciones que hubieran terminado siendo mentira. Sus padres podrían escucharla un montón y tener súper confianza en ella, lo cual era reciproco entre ambas partes. Pero… de verdad… ¿Decirles lo que ocurrió? Antes que eso se creen que la computadora, los libros y las series de televisión por fin habían trastornado a su hija después de tanta advertencia.
Y la terminaban mandando al psicólogo. O, y peor que eso, le quitaban la computadora.
No, era definitivo que no podía decir nada.
Esa cosa era su vida.
De pronto el sonido de Back in Black de AC/DC se mescló con la música que sonaba desde la computadora en ese momento. Carolina miró hacia los costados y visualizó su mesita de luz, se levantó y buscó su celular al cual le había llegado un mensaje de texto. ¿Quién podía ser a esta hora? Desbloqueó el teléfono y abrió el mensaje en donde se leía:
"ASTAROTH"
Y Caro lo miró. Y lo sintió, porque después de algo así de raro, y tras lo que ya le había ocurrido creía cualquier cosa y estaba dispuesta a tomar muy en cuenta a sus presentimientos.
Su mundo se desvaneció frente a ella, aunque fue capaz de tomar en sus manos un bolso antes de que ocurriera.
-
Abrió los ojos y parpadeó varias veces intentando ver algo. Levantó su rostro y vislumbró la luna completamente llena y la copa de los árboles que se encontraban a su alrededor. Tras eso se preocupó mucho, porque si empezaban a haber aullidos a su alrededor no creía que saldría viva.
En cuanto ese pensamiento cruzó su cabeza se dio un fuerte cachetazo en la frente.
-Estúpida…- se dijo a sí misma- los hombres lobo no aúllan…
Sería así, mientras que su teoría de estar en algo así como Supernatural fuera verdadera, ya que en ese mundo los hombres lobo no eran nada parecido físicamente a como se los planteaba comúnmente.
Y si se equivocaba…
Pues estaba totalmente hasta las manos.
Tras un minuto de estar en el lugar, y gracias a la abundante luz que proporcionaba la luna pudo ver con mayor nitidez sus alrededores. Quería salir ya de ese bosque, pero era mejor que primero se pusiera una ropa como la gente, y algo de zapatillas. Cosas que llevaba en el bolso que había traído consigo. Lo había tenido preparado siempre por las dudas.
En cuanto se hubo cambiado, decidió seguir lo que parecía un sendero natural ubicado a su izquierda, además parecían venir sonidos de autos por esa parte, por lo que creyó que era lo más sensato antes de que algo intentara comérsela con salsa roquefort.
Avanzó unos pocos pasos y el sonido de una rama seca al romperse la hizo detener completamente. Se quedó quieta. Si su oído no le fallaba el ruido había venido de su izquierda.
Y aquí comenzaba nuevamente la maratón…
Se dio vuelta hacia un costado, intentando vislumbrar algo. Allí no muy lejos había una silueta humana.
Tuc…tuc…tuc…
Ese era su corazón dándole nuevamente la bienvenida y anunciando que existía.
Se quedó parada allí donde estaba, sin lograr que sus piernas le respondieran y obedecieran al comando de salir de allí lo más rápido posible. Entre ese tiempo la sombra se había acercado y ya podía verla mejor… ¿era eso un arma? El segundo murmullo de una rama rompiéndose logró que ella reaccionara y decidiera correr. Aunque no ayudó que en ese momento sonara un disparo.
Carolina se tiró al suelo, y unos árboles por enfrente de ella recibieron el impacto. Se giró sobre sí misma a la vez que se ensuciaba de tierra, para ver a Danitza penetrar en su campo de visión iluminado por la luna, con remera negra, un jean azul con zapatillas y… ¿un fusil semiautomático?
-Oh…-dice Danitza al ver a la chica tirada.
Carolina la observó durante tres segundos hasta asegurarse que era ella y luego…
-¿Oh?-le inquiere- ¿Casi me matas y solo decís: oh?
-Mejor prevenir que morir, Caro-le respondió excusándose la chica de pelo negro.
-Pues te sacas esa filosofía de la mente porque en cualquier momento nos termina matando.-le ordenó su compañera mientras se levantaba. Se sacudió el pantalón y miró el arma de Danitza.- A todo esto, ¿de dónde sacaste el fusil?
-Caro…
-Sí, sí… Ya sé. Honduras. ¿Me consigues una M16 para la próxima?-le preguntó.
-No problem.
-Bien-y Caro sonrió.
Las dos chicas cruzaron miradas y luego las dirigieran al bosque que las rodeaba.
-Vayamos ya.-expresó Dany.
-No podría estar más de acuerdo-coincidió Caro- y Dany…
-Decime.
-Estate atenta con el fusil.
-No servirá de nada Caro.-admitió su amiga.
-Lo sé, ¿pero puedo tener algo de esperanzas no?-preguntó la chica bromeando.
-Como tú quieras-le respondió Danitza.- ¿Alguna idea de que tendremos que hacer en esta aventura?
-Bueno, lo básico y fundamental es bastante obvio.-aseguró Caro mientras ambas tomaban el camino por el cual Caro antes había decidido irse.
Danitza la miró.
-¿Por qué tengo la sensación de que saldrás con una estupidez?
Carolina de devolvió la mirada.
-Mantenernos vivas no es ninguna estupidez, quiero seguir viviendo querida.
-¿Viste?-dijo Dany haciendo referencia a que sabía que Carolina saldría con cualquier cosa.
Caro la ignoró y siguió hablando.
-Creo que tengo una idea, no sé si tú también lo habrás visto.- luego miró hacia todos lados- Aunque sinceramente no me gusta lo que imagino.
-¿Qué cosa?
-Antes de venir acá recibí un mensaje al celular.- dijo.
Danitza la observó con el ceño fruncido.
-¿Y…?
-Decía Astaroth.-terminó la de cabello marrón.
Danitza puso los ojos en blanco.
-¿El…?
-Sí.
-¿Aquel de la legión del…?
-Sí.
-¿Uno de los más pode…?
-Sí, Dany. Astaroth, el demonio, uno de los comandantes supuestamente de legiones en el infierno, aquel que se lo representa con una serpiente, uno de los más poderosos. ¿Algo más que necesite decir?
-¿Es real?
-¿Qué cosa?-preguntó confundida Carolina.
-Astaroth.
-Eh… Dany. Tomando en cuenta todo, creo que esa pregunta es medio estúpida.
La susodicha la miró.
-En Supernatural nunca escuché que lo nombraran, podría no existir.-le reprochó.
-Sí, bueno… Lilith está, Azazel está, ¿Por qué no podría estar Astaroth?-preguntó Carolina planteándolo como obvio.
Danitza simplemente se encogió de hombros.
-¿Y qué crees que pase con ese mensaje?-preguntó.
Caro se detuvo y la observó detenidamente, luego le respondió.
-Danitza… por favor. Piensa como si estuviéramos en un libro o una serie de televisión. ¿Qué demonios crees que pasaría?
La pelinegra la vio enojada y a la vez preocupada.
-Vamos a morir-afirmó.
-Coincido con vos-aseguró Caro.-Aunque la última vez dijimos lo mismo y salimos bastante vivas. Pero Astaroth…-miró al cielo- terminaremos cortadas en pedacitos- le comentó a su amiga.- y ahí ya no sé si podré ocultarlo de mis padres, como que se darían cuenta.
-Aja…-solo murmuró Dany y ambas siguieron su camino hasta llegar a una ruta.
Ningún auto cruzaba por ella y se encontraba bastante desolada.
-¿Y ahora?-preguntó la de remera negra.
-Eh… ¿no sé?- dijo encogiéndose de hombros Carolina.- ¿Esperamos a que pase un auto y vemos si nos puede llevar?
Danitza la miró preocupada.
-Caro, sabes que hay toda clase de depravados, y a esta hora…-insinuó.
La chica solo la miró.
-Danitza, tienes un fusil semiautomático, si al que esté en el auto o lo que sea se le ocurre algo se encontrará peor que nosotras.
Dany parpadeó y miró el arma en sus manos.
-Cierto.-coincidió y fue a sentarse en un tronco caído. Pareció cavilar un poco y agregó.- ¿Y si fuera un demonio?
Caro puso los ojos en blanco
-Sinceramente no sé qué clase de suerte tendríamos que tener para caer bajo las garras de un demonio que hace auto-stop.
-Todo es posible Caro… todo es posible.-le aseguró su amiga.-Y más desde hace dos semanas.-luego puso una cara extraña- Aunque tiene algo de malo todo esto.
-¿Qué cosa?
-Me hace desear que hubiéramos caído en el mundo de Harry Potter, y no me puedo sacar eso de la cabeza.
Caro se sentó a su lado.
-Pues eso hubiera sido terrible.
Danitza la miró como si estuviera loca. Caro explicó al instante.
-Porque seriamos muggles Dany, al menos aquí podemos acabar con lo que nos ataque. Allá nos mandan el Avada y hasta ahí llegó la aventura.
Dany negó con la cabeza.
-Ya verás cómo me los cargaré a todos aunque tenga que hacerlo con esto- y sostuvo en alto el fusil.
Caro solo rió y luego habló:
-Aunque hablamos del mundo de Supernatural, quizás todo esto no tenga nada que ver, a lo mejor es simplemente algo muy parecido. -quedó pensativa.-En cuanto tenga una computadora delante probaré poniendo Supernatural y Sam y Dean. Si me sale lo de los libros escritos por Carven Edlun hablando de la historia entonces confirmaremos nuestra teoría.-murmuró con los ojos brillándole de entusiasmo- ¿Y sabes qué significa eso Dany?
-Que te puedes violar a Dean Winchester, Caro.
-Exacto Dany, exacto.
Última edición por Avada Kedavra el Jue Jul 15, 2010 9:36 pm, editado 2 veces
Re: Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
Como seguro ya sabes, ¡Me encanta!
Me hizo mucha gracia lo de como Danitza consigue las armas. Yo también quiero uno, no muy grande. Y otra con el telescopio ese puesto XD
¡Sigue pronto la historia!
Me hizo mucha gracia lo de como Danitza consigue las armas. Yo también quiero uno, no muy grande. Y otra con el telescopio ese puesto XD
¡Sigue pronto la historia!
Re: Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
Capítulo 2
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Quince minutos… media hora…. Una….
-Ey… podríamos intentar caminar-sugirió Caro después de tanto esperar.
-No nos vemos las narices Carolina, ¿cómo piensas hacerlo?-preguntó Danitza. Y era verdad, unas nubes habían tapado la única fuente de luz que era la luna y en esos momentos solo podían ver un poco gracias al celular de la morena.
No hacía falta mencionar que tanta exposición a lo desconocido e invisible las ponía con el corazón a mil… más al pensar en donde estaban.
Cada murmullo del viento o sonido de un insecto o animal era un demonio, hombre lobo, fantasma, vampiro o cualquier monstruo capaz de mencionarse intentando matarlas, comerlas, despedazarlas, torturarlas…
Bueno, había que decir que las chicas si tenían imaginación.
-Vamos a tener que esperar hasta que amanezca para movernos si no pasa nadie-expresó Dany.
-Si no nos agarra antes algo que nos haga salir corriendo-le corrigió Caro.
Su amiga le puso con mala cara.
-Ya comenzamos con la mala suerte.
-Soy realista, sabes que puede ocurrir.
-A eso no se le llama ser realista, es pesimismo-le increpó Dany.
-Si fuera pesimista no creo que anduviera por ahí con esperanzas de ver a Sam y Dean, Dany-le contradijo.
Callaron unos minutos tras los cuales el ruido de un auto empezó a hacerse notable. Las dos giraron sus respectivas cabezas hacía la derecha, en donde pudieron visualizar dos faros de luz viniendo hacia ellas.
Danitza sonrió y se paró. A Caro no le gustó la expresión en su rostro.
----------
-No tenía pensado hacer esto-clamó Carolina mientras que manejaba un Sedan por la oscura carretera.
-Medidas desesperadas Caro.-le aclaró Danitza.
A lo lejos, o mejor dicho del baúl del auto se escucharon varios golpes y un “Let me out!/¡Déjenme salir!”. Al menos sabían que habían nuevamente vuelto a aparecer en Estados Unidos. No que eso fuera bueno realmente…
Caro se movió incomoda mientras tomaba una curva.
-Explícame porque no podíamos hacer Autostop sin tener que secuestrar a nadie-le dijo la chica.
-Sabes muy bien porqué-le respondió su amiga mirándola de reojo y luego al fusil.- ¿Dónde querías que escondiera esto?- puntualizo mostrando el arma.
-¡EN MI BOLSO!-le respondió Caro.
-Ah… bueno, no importa. Ya está hecho.- comentó la pelinegra sin darle importancia.
Carolina mientras tanto la vio preocupada mientras pensaba en que harían cuando llegaran a un pueblo y el hombre al cual le habían sacado el auto empezara a gritar como lo estaba haciendo ahora. Lástima que ninguna de las dos sabia como dejarlo inconsciente sin matarlo.
-¿Tenemos alguna cinta con la que callarlo?- preguntó preocupada Carolina mientras miraba con fijeza la carretera.-O ponerle en la boca la cuerda con la que lo atamos que encontramos en el baúl.
-No sé- respondió con sinceridad la pelinegra.- De todos modos no vamos a estar en el auto mucho tiempo. En el próximo pueblo o ciudad que encontremos vamos a tener que dejarlo, no tenemos ningún tipo de certificado si llega a haber algún control de policía en el viaje.-percató Danitza- Oh, y un tipo secuestrado en el baúl también- dijo y sonrió.
Caro la miró preocupada.
-¿Cómo puede ser que te rías por eso?
-¿Oh, vamos? ¿No te da risa?
Caro volvió a mirarla.
-Lo siento por el preocuparme que podamos ser atrapadas por la policía y encarceladas de por vida.- aclaró Caro con sarcasmo.-y con la suerte que tenemos seguro terminamos en una cárcel encantada por enfermeras asesinas.
Danitza rió.
-Al menos estarán Sam y Dean.-le respondió.
Los ojos de Caro se agrandaron.
-¡Danitza, tenemos que dejar que nos agarren!- exclamó con felicidad.
Dany le hizo una cara.
-¿Estas de broma no?
Caro le respondió, pero todavía con una mirada de felicidad ante el pensamiento de los dos hermanos Winchester.
-Obvio. Además ni que fuéramos a tener tanta suerte como para caer justo en esa cárcel.-le dijo.- Últimamente es al revés.-hizo una cara- aunque que todavía estemos vivas podría contarse como suerte.
-Eso no es suerte, Caro. Es porque somos buenas cazadoras.-le aclaró Danitza.
Caro la observó con las pestañas levantadas.
-Si Dany. Todas unas cazadoras profesionales. Me daría vergüenza entrar en el bar de Ellen y que nos pregunten a cuantos fantasmas nos hemos enfrentado si vas allí dentro y empiezas a alardear. Un fantasma en toda nuestra vida seguro es toda una hazaña.- comentó sarcásticamente.
-Mira el lado positivo.-le respondió Danitza ante las premisas negativas de su amiga.
-¿Cuál?
-Mejor que ese tal Ed y Harry somos, ¿no?
Caro bufó.
-¿Realmente crees que eso es un alago a nosotras mismas? Cualquiera es mejor que esos dos. -manifestó la morena.
Quedaron en silencio unos minutos. Al parecer el secuestrado se había rendido por un rato por lo que no escucharon ningún tipo de grito desde el baúl. Pero el silencio les estaba llegando a las entrañas por lo que…
-Danitza, pone algo de música.
La chica solo asintió y prendió el aparato de Cds del auto. De pronto Britney Spear empezó a sonar.
Las dos chicas miraron el reproductor y Caro confesó:
-No pienso escuchar Britney Spear en una situación como está. Además quiero dar buena impresión a Dean. Me lo encuentro y me ve escuchando esto podría suicidarme.
-Yo igual.- estuvo de acuerdo su compañera.-Ahí veo que más tiene.
La chica busco en la cajonera y sacó una pila de cds de álbumes.
-¿Y? ¿Qué hay?- preguntó Caro.
-Alicia Keys, The corrs, The pussycat dolls, Fall out boy, Justin Timbarlake, joss stone y Aerosmith.
Carolina y Danitza se miraron.
-Aerosmith- dijeron al mismo tiempo.
Danitza puso el cd e inmediatamente “walk this way” empezó a tocar. Luego de eso bajo la ventana.
A causa de esto Caro la miró y preguntó:
-¿Qué haces? Esta frío.
Y Danitza tiró todos los demás álbumes.
Caro abrió los ojos.
-¡Pero qué estás haciendo!
-No los vamos a usar, eso de seguro. Además le hago un favor al dueño del auto, le enseño a tener mejores gustos. Tendrá que comprar nuevos CDs.
Caro solo suspiró y volvió su vista a la carretera. A lo que no parecía más de un kilometro luces podían ser vistas. Por la cantidad que había no parecía una ciudad demasiado grande. A Caro le recordaba el tamaño de Carlota en las noches.
Parpadeó mientras que pensaba en Dean. De pronto una figura se apareció frente al auto a no más de 30 metros. Caro se asustó y pisó el freno.
A su lado, Danitza que había cerrado los ojos por unos minutos salió disparada hacia adelante hasta que el cinturón de seguridad le evitó darse contra el tablero.
En cuanto el auto se hubo detenido Caro miró hacia todos lados.
Danitza a su lado se quejaba.
-¡Hey, pensé que sabias manejar!
Carolina no la miró y giró su cabeza hacia la parte trasera para asegurarse de que nada que pudiera darle un ataque al corazón estuviera allí atrás. Solo aire por suerte.
Danitza siguió su mirada y entendió.
-Decime que frenaste simplemente porque conducís mal. Aunque sea mentime y decime que fue así.
Caro la miró asustada.
-Ojala.
De pronto escucharon gritos. Gritos del hombre encerrado en el auto.
Las dos chicas se miraron.
-¿Qué hacemos?-preguntó la pelinegra.
-Eh… pues tendríamos que ir aunque sea con la sal y ayudarlo ¿no?-respondió Carolina no muy confiada.
-No quiero morir, Caro. Ya lo sabes.- constató su amiga.
-Pero es nuestra culpa de que esté ahí atrás.-dijo como respuesta la chica que ya empezaba a sacarse el cinturón de seguridad.
Danitza solo la miró, y luego imitó la acción de la persona que tenía enfrente y agarraba el tarro de sal que había en el bolso de su compañera.
-Bien, pero si terminamos muertas, te culpo a ti.
Y ambas chicas salieron corriendo hacia la parte trasera del coche y abrieron el maletero.
Ambas pegaron un salto hacia atrás. Muchas serpientes rodeaban al hombre ahora inconsciente que estaba amarrado con cuerdas en brazos y piernas.
Danitza hizo lo único que se le ocurrió en ese momento. Tiró sal dentro del baúl
Inmediatamente las serpientes desaparecieron y las chicas se acercaron con cautela.
-¿Esta muerto?- preguntó Carolina
Danitza se acercó y le tomó el pulso.
-Pues vivo, vivo está. Ahora… que lo hayan mordido, tenga veneno en el cuerpo y luego se muera, ya no sé. ¿Qué hacemos?
-Eh…- dudó Caro mientras examinaba unas mordidas en el brazo del hombre. -vayámonos rápido al pueblo y dejémoslo enfrente de un hospital o algo. Llamemos al 911 o algo así desde un teléfono público y luego nos fugamos.
-¿Y las serpientes?- siguió la pelinegra mientras que revisaba los alrededores.
-Ni idea. ¿Recuerdas a nuestro amigo Astaroth? Seguro tienen que ver con él. Mejor irnos ya de acá. Así que subí ahora mismo al auto, no quiero ser comida o juguete de tortura de lo que sea que ande por los alrededores.
Danitza no tuvo ninguna replica ante esto y las dos chicas fueron rápidamente a los asientos delanteros y salieron como alma a la que persigue el mismísimo Lucifer.
Deseaban que eso nunca les ocurriera.
-----/-----
Quince minutos… media hora…. Una….
-Ey… podríamos intentar caminar-sugirió Caro después de tanto esperar.
-No nos vemos las narices Carolina, ¿cómo piensas hacerlo?-preguntó Danitza. Y era verdad, unas nubes habían tapado la única fuente de luz que era la luna y en esos momentos solo podían ver un poco gracias al celular de la morena.
No hacía falta mencionar que tanta exposición a lo desconocido e invisible las ponía con el corazón a mil… más al pensar en donde estaban.
Cada murmullo del viento o sonido de un insecto o animal era un demonio, hombre lobo, fantasma, vampiro o cualquier monstruo capaz de mencionarse intentando matarlas, comerlas, despedazarlas, torturarlas…
Bueno, había que decir que las chicas si tenían imaginación.
-Vamos a tener que esperar hasta que amanezca para movernos si no pasa nadie-expresó Dany.
-Si no nos agarra antes algo que nos haga salir corriendo-le corrigió Caro.
Su amiga le puso con mala cara.
-Ya comenzamos con la mala suerte.
-Soy realista, sabes que puede ocurrir.
-A eso no se le llama ser realista, es pesimismo-le increpó Dany.
-Si fuera pesimista no creo que anduviera por ahí con esperanzas de ver a Sam y Dean, Dany-le contradijo.
Callaron unos minutos tras los cuales el ruido de un auto empezó a hacerse notable. Las dos giraron sus respectivas cabezas hacía la derecha, en donde pudieron visualizar dos faros de luz viniendo hacia ellas.
Danitza sonrió y se paró. A Caro no le gustó la expresión en su rostro.
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-No tenía pensado hacer esto-clamó Carolina mientras que manejaba un Sedan por la oscura carretera.
-Medidas desesperadas Caro.-le aclaró Danitza.
A lo lejos, o mejor dicho del baúl del auto se escucharon varios golpes y un “Let me out!/¡Déjenme salir!”. Al menos sabían que habían nuevamente vuelto a aparecer en Estados Unidos. No que eso fuera bueno realmente…
Caro se movió incomoda mientras tomaba una curva.
-Explícame porque no podíamos hacer Autostop sin tener que secuestrar a nadie-le dijo la chica.
-Sabes muy bien porqué-le respondió su amiga mirándola de reojo y luego al fusil.- ¿Dónde querías que escondiera esto?- puntualizo mostrando el arma.
-¡EN MI BOLSO!-le respondió Caro.
-Ah… bueno, no importa. Ya está hecho.- comentó la pelinegra sin darle importancia.
Carolina mientras tanto la vio preocupada mientras pensaba en que harían cuando llegaran a un pueblo y el hombre al cual le habían sacado el auto empezara a gritar como lo estaba haciendo ahora. Lástima que ninguna de las dos sabia como dejarlo inconsciente sin matarlo.
-¿Tenemos alguna cinta con la que callarlo?- preguntó preocupada Carolina mientras miraba con fijeza la carretera.-O ponerle en la boca la cuerda con la que lo atamos que encontramos en el baúl.
-No sé- respondió con sinceridad la pelinegra.- De todos modos no vamos a estar en el auto mucho tiempo. En el próximo pueblo o ciudad que encontremos vamos a tener que dejarlo, no tenemos ningún tipo de certificado si llega a haber algún control de policía en el viaje.-percató Danitza- Oh, y un tipo secuestrado en el baúl también- dijo y sonrió.
Caro la miró preocupada.
-¿Cómo puede ser que te rías por eso?
-¿Oh, vamos? ¿No te da risa?
Caro volvió a mirarla.
-Lo siento por el preocuparme que podamos ser atrapadas por la policía y encarceladas de por vida.- aclaró Caro con sarcasmo.-y con la suerte que tenemos seguro terminamos en una cárcel encantada por enfermeras asesinas.
Danitza rió.
-Al menos estarán Sam y Dean.-le respondió.
Los ojos de Caro se agrandaron.
-¡Danitza, tenemos que dejar que nos agarren!- exclamó con felicidad.
Dany le hizo una cara.
-¿Estas de broma no?
Caro le respondió, pero todavía con una mirada de felicidad ante el pensamiento de los dos hermanos Winchester.
-Obvio. Además ni que fuéramos a tener tanta suerte como para caer justo en esa cárcel.-le dijo.- Últimamente es al revés.-hizo una cara- aunque que todavía estemos vivas podría contarse como suerte.
-Eso no es suerte, Caro. Es porque somos buenas cazadoras.-le aclaró Danitza.
Caro la observó con las pestañas levantadas.
-Si Dany. Todas unas cazadoras profesionales. Me daría vergüenza entrar en el bar de Ellen y que nos pregunten a cuantos fantasmas nos hemos enfrentado si vas allí dentro y empiezas a alardear. Un fantasma en toda nuestra vida seguro es toda una hazaña.- comentó sarcásticamente.
-Mira el lado positivo.-le respondió Danitza ante las premisas negativas de su amiga.
-¿Cuál?
-Mejor que ese tal Ed y Harry somos, ¿no?
Caro bufó.
-¿Realmente crees que eso es un alago a nosotras mismas? Cualquiera es mejor que esos dos. -manifestó la morena.
Quedaron en silencio unos minutos. Al parecer el secuestrado se había rendido por un rato por lo que no escucharon ningún tipo de grito desde el baúl. Pero el silencio les estaba llegando a las entrañas por lo que…
-Danitza, pone algo de música.
La chica solo asintió y prendió el aparato de Cds del auto. De pronto Britney Spear empezó a sonar.
Las dos chicas miraron el reproductor y Caro confesó:
-No pienso escuchar Britney Spear en una situación como está. Además quiero dar buena impresión a Dean. Me lo encuentro y me ve escuchando esto podría suicidarme.
-Yo igual.- estuvo de acuerdo su compañera.-Ahí veo que más tiene.
La chica busco en la cajonera y sacó una pila de cds de álbumes.
-¿Y? ¿Qué hay?- preguntó Caro.
-Alicia Keys, The corrs, The pussycat dolls, Fall out boy, Justin Timbarlake, joss stone y Aerosmith.
Carolina y Danitza se miraron.
-Aerosmith- dijeron al mismo tiempo.
Danitza puso el cd e inmediatamente “walk this way” empezó a tocar. Luego de eso bajo la ventana.
A causa de esto Caro la miró y preguntó:
-¿Qué haces? Esta frío.
Y Danitza tiró todos los demás álbumes.
Caro abrió los ojos.
-¡Pero qué estás haciendo!
-No los vamos a usar, eso de seguro. Además le hago un favor al dueño del auto, le enseño a tener mejores gustos. Tendrá que comprar nuevos CDs.
Caro solo suspiró y volvió su vista a la carretera. A lo que no parecía más de un kilometro luces podían ser vistas. Por la cantidad que había no parecía una ciudad demasiado grande. A Caro le recordaba el tamaño de Carlota en las noches.
Parpadeó mientras que pensaba en Dean. De pronto una figura se apareció frente al auto a no más de 30 metros. Caro se asustó y pisó el freno.
A su lado, Danitza que había cerrado los ojos por unos minutos salió disparada hacia adelante hasta que el cinturón de seguridad le evitó darse contra el tablero.
En cuanto el auto se hubo detenido Caro miró hacia todos lados.
Danitza a su lado se quejaba.
-¡Hey, pensé que sabias manejar!
Carolina no la miró y giró su cabeza hacia la parte trasera para asegurarse de que nada que pudiera darle un ataque al corazón estuviera allí atrás. Solo aire por suerte.
Danitza siguió su mirada y entendió.
-Decime que frenaste simplemente porque conducís mal. Aunque sea mentime y decime que fue así.
Caro la miró asustada.
-Ojala.
De pronto escucharon gritos. Gritos del hombre encerrado en el auto.
Las dos chicas se miraron.
-¿Qué hacemos?-preguntó la pelinegra.
-Eh… pues tendríamos que ir aunque sea con la sal y ayudarlo ¿no?-respondió Carolina no muy confiada.
-No quiero morir, Caro. Ya lo sabes.- constató su amiga.
-Pero es nuestra culpa de que esté ahí atrás.-dijo como respuesta la chica que ya empezaba a sacarse el cinturón de seguridad.
Danitza solo la miró, y luego imitó la acción de la persona que tenía enfrente y agarraba el tarro de sal que había en el bolso de su compañera.
-Bien, pero si terminamos muertas, te culpo a ti.
Y ambas chicas salieron corriendo hacia la parte trasera del coche y abrieron el maletero.
Ambas pegaron un salto hacia atrás. Muchas serpientes rodeaban al hombre ahora inconsciente que estaba amarrado con cuerdas en brazos y piernas.
Danitza hizo lo único que se le ocurrió en ese momento. Tiró sal dentro del baúl
Inmediatamente las serpientes desaparecieron y las chicas se acercaron con cautela.
-¿Esta muerto?- preguntó Carolina
Danitza se acercó y le tomó el pulso.
-Pues vivo, vivo está. Ahora… que lo hayan mordido, tenga veneno en el cuerpo y luego se muera, ya no sé. ¿Qué hacemos?
-Eh…- dudó Caro mientras examinaba unas mordidas en el brazo del hombre. -vayámonos rápido al pueblo y dejémoslo enfrente de un hospital o algo. Llamemos al 911 o algo así desde un teléfono público y luego nos fugamos.
-¿Y las serpientes?- siguió la pelinegra mientras que revisaba los alrededores.
-Ni idea. ¿Recuerdas a nuestro amigo Astaroth? Seguro tienen que ver con él. Mejor irnos ya de acá. Así que subí ahora mismo al auto, no quiero ser comida o juguete de tortura de lo que sea que ande por los alrededores.
Danitza no tuvo ninguna replica ante esto y las dos chicas fueron rápidamente a los asientos delanteros y salieron como alma a la que persigue el mismísimo Lucifer.
Deseaban que eso nunca les ocurriera.
Re: Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
Capítulo 3
-----/-----
-Dany…-comenzó Carolina.
-Lo sé, Caro. Fue bueno conocerte, de verdad.-confesó su amiga.
Ambas amigas mientras tanto miraban de un lado hacia el otro de la iluminada pero desolada ciudad a la que habían entrado. El único generador de sonido u objeto en movimiento era el auto que conducían, el cual a su vez que marchaba dejaba atrás coches estacionados o inmóviles en medio de la calle. Ninguna persona, o cuerpos estaban presentes. Lo único que los recibía era el silencio absoluto. Ningún ladrido de perros, el crinar de los grillos o voces. El silencio parecía apoderarse de cada parte de esta ciudad. Haciendo que el miedo y la preocupación de las dos chicas aumentara.
-¿Cuantas posibilidades crees que tenemos de simplemente pasar por el pueblo y dejarlo atrás sin que nada nos impida irnos, Caro?- mencionó Danitza preocupada.
-Ninguna Danitza.-respondió Carolina con sinceridad.
-Me lo imaginaba.
Siguieron avanzando a su vez que Carolina esquivaba vehículos. Hasta que llego a un punto donde había tantos autos que intentar sortearlos era imposible. Para hacerlo debía penetrar a los costados en la ciudad y dejar la carretera principal que parecía cruzarla.
-No lo hagas Caro.-murmuró Danitza.
-No podemos pasar Dany. ¿Queres vos bajarte e ir a empujarlos?
Danitza le hizo mala cara.
-Hey, no me culpes. Yo tampoco quiero siquiera meterme una cuadra adentro, pero tampoco tengo ganas de bajarme a empujar autos y dejarnos al descubierto, quien sabe que puede estar andando por acá.
-¿Virus Croatan?-sugirió la pelinegra.
-Ojala.- murmuró con esperanza Carolina y luego miró a un costado el rifle que su amiga sostenía.-Significaría que esa cosa nos funcionaría. Pero si es eso no sé cómo explicar lo de las serpientes.
Tras decir eso estuvieron en el lugar un minuto con el auto, inmóviles y pensando que hacer. O mejor dicho, acumulando valor para poder hacer lo que debían hacer.
-¿Danitza…?
-Está bien, ve. Pero si hombres convertidos en monstruos, demonios, shapeshifters, hombres lobos, wendigos o fantasmas deciden que somos sus nuevos juguetes, no te hablo por un mes en el internet.
-Si es que salimos vivas Danitza.
-Gracias por alegrarme el momento, Caro.
-Es que hacía mucho que no lo hacía.
Y tras decir eso volvió a poner el auto en movimiento y lo hizo girar hacia la derecha esquivando los coches enfrente.
El paisaje desolado que presentaba el lugar no hacía más que ayudar a los corazones de las chicas para que siguiera bombeando a una gran velocidad. Todo estaba iluminado, pero eso no evitaba que cualquier cosa que quisiera matarlas lo lograra sin ningún problema. Simplemente las asustaría más ya que lo verían venir.
En cuanto Carolina llegó a la esquina en donde debía girar a la izquierda para poder luego regresar a la carretera que cruzaba la ciudad, había esperado muchas cosas. Que algo saltara sobre el capo, que una figura movediza se parara enfrente del auto, que demonios las atacaran o si es por tener imaginación, que una serpiente gigante las escogiera como su cena. Pero dentro de todo, no esperaba nada desde adentro del auto, especialmente al haber puesto sal, que había traído consigo en el bolso, en cada una de las puertas, con la esperanza de que eso funcionara y que al menos fantasmas y demonios no pudieran entrar.
Por lo que cuando detrás de ella y su amiga Danitza, una voz les dijo “Sigan en línea recta”, la única reacción que tuvo de parte de su cuerpo fue el gritar.
Al parecer el organismo de Danitza había dado la misma orden.
No supo cuanto duró el grito, quizás un segundo, dos, tres, una hora.
Tenía que admitir que nunca había sabido que su voz pudiera elevarse de esa manera.
La primera acción luego de este uso de las cuerdas vocales fue mirar a Danitza, quien la imitó.
Por último miraron hacia atrás.
Como había dicho, había esperado muchas cosas, fantasmas asesinos, monstruos asesinos, demonios asesinos, bueno, ya se dieron a la idea.
Por supuesto, lo que no había esperado eran ángeles. Especialmente el que estaba en el asiento trasero.
-¿Castiel?-preguntaron las dos jóvenes con los ojos bien abiertos ante el hombre allí sentado.
-¿Si?
Un segundo, dos segundos, tres…
-¡Sí!-exclamó Carolina.- ¡Sam y Dean existen, Danitza!
La pelinegra solo miraba al ángel sin poder creérselo.
-Sam y Dean Winchester existen. Pero no entiendo su importancia en la conversación. También me gustaría saber cómo es que saben quién soy.
La voz les había sonado rara, especialmente porque Castiel estaba hablando en español.
Carolina y Danitza se miraron.
-Eh… es una larga historia.-respondió la última.-Pero… ¿sabes quienes somos?
El ángel las miró de la forma que siempre le habían visto tener.
-No son de por aquí.
-Si.-concordaron las dos chicas.
-¿De dónde vienen?
Las chicas se miraron sin saber que responder.
-Eh… creo que es mejor no decirlo, es bastante complicado.-explicó Carolina.-pero te aseguro que somos de los buenos.
El ángel las miró.
-Las escuché hablar. Y por lo que han dicho sobre Sam y Dean deberé creer que son cazadoras.
Un “si” pudo ser escuchado de parte de Danitza, al mismo tiempo que Carolina decía “no”.
Castiel pareció no saber que pensar.
-Solo hemos cazado un fantasma en nuestra vida-le aclaró Carolina.
-Pero saben que está ocurriendo en este pueblo-afirmó el ángel.
-Ella cree que tiene algo que ver con un tal Astaroth-le dijo Danitza señalando a su amiga.- Y serpientes atacaron a… eh…-dijo y corto la oración antes de decir que tenían a un hombre secuestrado en el baúl.
-El hombre que salvaron de las garras de las serpientes ya fue llevado a un lugar seguro.-les dijo el ángel ante lo que la chica estaba por decir.-tuvo suerte de que ustedes estuvieran cerca para asistirlo.
Las dos chicas simplemente lo miraron, pensando y preguntándose a sí mismas si Castiel sabía que habían sido ellas las que lo habían encerrado ahí dentro.
-Eh… si.-dijo Carolina sin saber que más comentar- a todo esto, que era eso de ¿Sigan en línea recta?
-Necesitamos su ayuda.-constató el ángel.
-¿Nuestra?-preguntó Danitza con las cejas levantas.- ¿Por qué?
-Son los humanos que saben sobre lo sobrenatural, que están más cerca de esta ciudad, y si buscamos a otros para ese entonces será demasiado tarde. Los demonios están aquí, pero han cerrado el lugar para los ángeles y si no hacemos algo otro sello será destruido.
Carolina abrió los ojos.
-¿Los sellos para liberar a Lucifer?
Castiel la miró intrigado.
-¿Cómo sabes acerca de eso?
-Eh… esta dentro de esa larga historia de la que te hablaba. Pero de verdad, ¿Cómo quieres que ayudemos? No tenemos mucho con lo que trabajar si quieres que nos enfrentemos a algo como demonios. Nos comerían vivas.
-Estos demonios no comen personas.-les aseguró Castiel con seriedad.
Carolina y Danitza lo miraron ante esa frase.
-Cuarta temporada, Carolina.-le aseguró Danitza- Los sellos están siendo rotos, y Castiel no sabe lo que es el sarcasmo- esto último lo dijo en voz baja.
-Astaroth-continuó Castiel- está ayudando a Lilith a romper los sellos, necesitamos que detengan la resurrección que está por llevar a cabo esta noche de todas las personas asesinadas en esta ciudad y que luego lo exorcicen.
-Me encanta como lo dices. Como si fuera tan fácil como ir de picnic.-mencionó Caro preocupada.- ¿Cómo quieres que lo hagamos? No tenemos armas, ni sal, ni agua bendita y no sabemos exorcismos. Además de que estoy seguro de que Astaroth no es ninguno de cuarta clase, por lo que no será fácil.
-Encontraran todo lo que necesitan en el maletero de este vehículo. Astaroth se encuentra en el cementerio. Buena suerte.
Y las chicas parpadearon y el ángel desapareció.
-Carolina, lo odio.-le comentó Danitza al darse cuenta de lo que el ángel les había mandado a hacer y en la situación que las había dejado.
-Ahora entiendo a Dean y que se quejara de la desaparición que Castiel suele hacer.-comentó Caro.
Ambas chicas se enderezaron en sus asientos y miraron al frente.
-¿Supongo que el cementerio queda yendo derecho no?-le preguntó Danitza.
-Tomando en cuenta que Castiel dijo que siguiéramos en línea recta lo presumo. Ahora, ¿me explicas como hacemos para atacar a Astaroth, a todos los subordinados que seguro tendrá por ahí, evitar que rompa el sello, y de paso regresar a casa en una sola pieza?
-Dímelo tú a mí. Te regalo lo que sea con tal de que me digas un plan.
-También recuerda que si no lo logramos y lo rompe, resucitará todas las personas muertas.- Caro la miró preocupada- No creo que vuelvan como santos.
-Si… seguro más vale como zombies que comen cerebros.
-Esto parecerá el Amanecer de los Muertos.-comentó con sarcasmo Carolina.
-Esperamos al amanecer y hacemos la secuela. Me traje una cámara de fotos y video conmigo.- comentó Danitza- Aunque no sé si ya hay hecha una.
Carolina la miró extrañada.
-¿Para qué la cámara, Danitza?
-¿No me digas que no se te ocurrió sacar fotos si conocíamos a Sam y Dean?
Los ojos de Caro se agrandaron bastante.
-Dios Santo, tenes razón.-y la miró.- ¿Cómo no se me pasó por la mente?
Danitza simplemente bufó.
-Será mejor que vayamos al maletero y veamos que nos han traído. Con suerte ahí dentro hay una bazuca.
-Ay, ojala.- expuso la morocha.- o granadas.
Y ambas abrieron sus respectivas puertas y salieron a la fría noche. No realmente muy seguras fueron hacia el compartimiento trasero del auto y abrieron la tapa.
-Lo mato.-prometió Carolina.
-Y yo te ayudaré en eso-le aseguró su amiga.
Dentro del baúl solo encontraron botellas grandes con agua, que supusieron debía ser bendita, Tarros de sal, un libro, y dos cuchillos. Ni una sola arma.
-Por el bien de todos los ángeles, que esos dos cuchillos sean como el que Ruby le dio a Sam y Dean. Si no te juro que ayudaré a Lilith a romper sellos y dejo que Lucifer los mate a todos.-sentenció Danitza.
-Tendría que decirte que no puedes hacer eso.-comentó Caro por lo bajo.-Pero sinceramente…
-No podemos ir con solo esto Caro. Terminaremos muerta en segundos si esos cuchillos no sirven para matar demonios.
-Lo sé- concordó la morocha.-Aunque tenemos tu fusil.
-El cual es totalmente inútil ante lo que nos enfrentamos.
-Cierto.
Uno… dos… tres…
-¿Alguna idea?-preguntó Danitza.
-¿Y si nos fijamos en alguna de las casas? Estamos en Estados Unidos, tener armas no es tan anormal. Y aunque no nos sirvan contra demonios algo puede que los pare.
-¿En donde es anormal tener armas?-preguntó Dany.
-En Argentina lo es Danitza.
-Ah… lo siento. Chica que vive en Honduras, ¿recuerdas?
Carolina dio vuelta los ojos.
-Entonces, ¿vemos en las casas?
-Si.-respondió la pelinegra.
-¿Y luego a matar algunos demonios que seguramente nos regresaran el favor?
-Sip.- volvió a decir y añadió.- ¿Preparada?
-No, ¿vos?
-Ni un poquito.
-----/-----
-Dany…-comenzó Carolina.
-Lo sé, Caro. Fue bueno conocerte, de verdad.-confesó su amiga.
Ambas amigas mientras tanto miraban de un lado hacia el otro de la iluminada pero desolada ciudad a la que habían entrado. El único generador de sonido u objeto en movimiento era el auto que conducían, el cual a su vez que marchaba dejaba atrás coches estacionados o inmóviles en medio de la calle. Ninguna persona, o cuerpos estaban presentes. Lo único que los recibía era el silencio absoluto. Ningún ladrido de perros, el crinar de los grillos o voces. El silencio parecía apoderarse de cada parte de esta ciudad. Haciendo que el miedo y la preocupación de las dos chicas aumentara.
-¿Cuantas posibilidades crees que tenemos de simplemente pasar por el pueblo y dejarlo atrás sin que nada nos impida irnos, Caro?- mencionó Danitza preocupada.
-Ninguna Danitza.-respondió Carolina con sinceridad.
-Me lo imaginaba.
Siguieron avanzando a su vez que Carolina esquivaba vehículos. Hasta que llego a un punto donde había tantos autos que intentar sortearlos era imposible. Para hacerlo debía penetrar a los costados en la ciudad y dejar la carretera principal que parecía cruzarla.
-No lo hagas Caro.-murmuró Danitza.
-No podemos pasar Dany. ¿Queres vos bajarte e ir a empujarlos?
Danitza le hizo mala cara.
-Hey, no me culpes. Yo tampoco quiero siquiera meterme una cuadra adentro, pero tampoco tengo ganas de bajarme a empujar autos y dejarnos al descubierto, quien sabe que puede estar andando por acá.
-¿Virus Croatan?-sugirió la pelinegra.
-Ojala.- murmuró con esperanza Carolina y luego miró a un costado el rifle que su amiga sostenía.-Significaría que esa cosa nos funcionaría. Pero si es eso no sé cómo explicar lo de las serpientes.
Tras decir eso estuvieron en el lugar un minuto con el auto, inmóviles y pensando que hacer. O mejor dicho, acumulando valor para poder hacer lo que debían hacer.
-¿Danitza…?
-Está bien, ve. Pero si hombres convertidos en monstruos, demonios, shapeshifters, hombres lobos, wendigos o fantasmas deciden que somos sus nuevos juguetes, no te hablo por un mes en el internet.
-Si es que salimos vivas Danitza.
-Gracias por alegrarme el momento, Caro.
-Es que hacía mucho que no lo hacía.
Y tras decir eso volvió a poner el auto en movimiento y lo hizo girar hacia la derecha esquivando los coches enfrente.
El paisaje desolado que presentaba el lugar no hacía más que ayudar a los corazones de las chicas para que siguiera bombeando a una gran velocidad. Todo estaba iluminado, pero eso no evitaba que cualquier cosa que quisiera matarlas lo lograra sin ningún problema. Simplemente las asustaría más ya que lo verían venir.
En cuanto Carolina llegó a la esquina en donde debía girar a la izquierda para poder luego regresar a la carretera que cruzaba la ciudad, había esperado muchas cosas. Que algo saltara sobre el capo, que una figura movediza se parara enfrente del auto, que demonios las atacaran o si es por tener imaginación, que una serpiente gigante las escogiera como su cena. Pero dentro de todo, no esperaba nada desde adentro del auto, especialmente al haber puesto sal, que había traído consigo en el bolso, en cada una de las puertas, con la esperanza de que eso funcionara y que al menos fantasmas y demonios no pudieran entrar.
Por lo que cuando detrás de ella y su amiga Danitza, una voz les dijo “Sigan en línea recta”, la única reacción que tuvo de parte de su cuerpo fue el gritar.
Al parecer el organismo de Danitza había dado la misma orden.
No supo cuanto duró el grito, quizás un segundo, dos, tres, una hora.
Tenía que admitir que nunca había sabido que su voz pudiera elevarse de esa manera.
La primera acción luego de este uso de las cuerdas vocales fue mirar a Danitza, quien la imitó.
Por último miraron hacia atrás.
Como había dicho, había esperado muchas cosas, fantasmas asesinos, monstruos asesinos, demonios asesinos, bueno, ya se dieron a la idea.
Por supuesto, lo que no había esperado eran ángeles. Especialmente el que estaba en el asiento trasero.
-¿Castiel?-preguntaron las dos jóvenes con los ojos bien abiertos ante el hombre allí sentado.
-¿Si?
Un segundo, dos segundos, tres…
-¡Sí!-exclamó Carolina.- ¡Sam y Dean existen, Danitza!
La pelinegra solo miraba al ángel sin poder creérselo.
-Sam y Dean Winchester existen. Pero no entiendo su importancia en la conversación. También me gustaría saber cómo es que saben quién soy.
La voz les había sonado rara, especialmente porque Castiel estaba hablando en español.
Carolina y Danitza se miraron.
-Eh… es una larga historia.-respondió la última.-Pero… ¿sabes quienes somos?
El ángel las miró de la forma que siempre le habían visto tener.
-No son de por aquí.
-Si.-concordaron las dos chicas.
-¿De dónde vienen?
Las chicas se miraron sin saber que responder.
-Eh… creo que es mejor no decirlo, es bastante complicado.-explicó Carolina.-pero te aseguro que somos de los buenos.
El ángel las miró.
-Las escuché hablar. Y por lo que han dicho sobre Sam y Dean deberé creer que son cazadoras.
Un “si” pudo ser escuchado de parte de Danitza, al mismo tiempo que Carolina decía “no”.
Castiel pareció no saber que pensar.
-Solo hemos cazado un fantasma en nuestra vida-le aclaró Carolina.
-Pero saben que está ocurriendo en este pueblo-afirmó el ángel.
-Ella cree que tiene algo que ver con un tal Astaroth-le dijo Danitza señalando a su amiga.- Y serpientes atacaron a… eh…-dijo y corto la oración antes de decir que tenían a un hombre secuestrado en el baúl.
-El hombre que salvaron de las garras de las serpientes ya fue llevado a un lugar seguro.-les dijo el ángel ante lo que la chica estaba por decir.-tuvo suerte de que ustedes estuvieran cerca para asistirlo.
Las dos chicas simplemente lo miraron, pensando y preguntándose a sí mismas si Castiel sabía que habían sido ellas las que lo habían encerrado ahí dentro.
-Eh… si.-dijo Carolina sin saber que más comentar- a todo esto, que era eso de ¿Sigan en línea recta?
-Necesitamos su ayuda.-constató el ángel.
-¿Nuestra?-preguntó Danitza con las cejas levantas.- ¿Por qué?
-Son los humanos que saben sobre lo sobrenatural, que están más cerca de esta ciudad, y si buscamos a otros para ese entonces será demasiado tarde. Los demonios están aquí, pero han cerrado el lugar para los ángeles y si no hacemos algo otro sello será destruido.
Carolina abrió los ojos.
-¿Los sellos para liberar a Lucifer?
Castiel la miró intrigado.
-¿Cómo sabes acerca de eso?
-Eh… esta dentro de esa larga historia de la que te hablaba. Pero de verdad, ¿Cómo quieres que ayudemos? No tenemos mucho con lo que trabajar si quieres que nos enfrentemos a algo como demonios. Nos comerían vivas.
-Estos demonios no comen personas.-les aseguró Castiel con seriedad.
Carolina y Danitza lo miraron ante esa frase.
-Cuarta temporada, Carolina.-le aseguró Danitza- Los sellos están siendo rotos, y Castiel no sabe lo que es el sarcasmo- esto último lo dijo en voz baja.
-Astaroth-continuó Castiel- está ayudando a Lilith a romper los sellos, necesitamos que detengan la resurrección que está por llevar a cabo esta noche de todas las personas asesinadas en esta ciudad y que luego lo exorcicen.
-Me encanta como lo dices. Como si fuera tan fácil como ir de picnic.-mencionó Caro preocupada.- ¿Cómo quieres que lo hagamos? No tenemos armas, ni sal, ni agua bendita y no sabemos exorcismos. Además de que estoy seguro de que Astaroth no es ninguno de cuarta clase, por lo que no será fácil.
-Encontraran todo lo que necesitan en el maletero de este vehículo. Astaroth se encuentra en el cementerio. Buena suerte.
Y las chicas parpadearon y el ángel desapareció.
-Carolina, lo odio.-le comentó Danitza al darse cuenta de lo que el ángel les había mandado a hacer y en la situación que las había dejado.
-Ahora entiendo a Dean y que se quejara de la desaparición que Castiel suele hacer.-comentó Caro.
Ambas chicas se enderezaron en sus asientos y miraron al frente.
-¿Supongo que el cementerio queda yendo derecho no?-le preguntó Danitza.
-Tomando en cuenta que Castiel dijo que siguiéramos en línea recta lo presumo. Ahora, ¿me explicas como hacemos para atacar a Astaroth, a todos los subordinados que seguro tendrá por ahí, evitar que rompa el sello, y de paso regresar a casa en una sola pieza?
-Dímelo tú a mí. Te regalo lo que sea con tal de que me digas un plan.
-También recuerda que si no lo logramos y lo rompe, resucitará todas las personas muertas.- Caro la miró preocupada- No creo que vuelvan como santos.
-Si… seguro más vale como zombies que comen cerebros.
-Esto parecerá el Amanecer de los Muertos.-comentó con sarcasmo Carolina.
-Esperamos al amanecer y hacemos la secuela. Me traje una cámara de fotos y video conmigo.- comentó Danitza- Aunque no sé si ya hay hecha una.
Carolina la miró extrañada.
-¿Para qué la cámara, Danitza?
-¿No me digas que no se te ocurrió sacar fotos si conocíamos a Sam y Dean?
Los ojos de Caro se agrandaron bastante.
-Dios Santo, tenes razón.-y la miró.- ¿Cómo no se me pasó por la mente?
Danitza simplemente bufó.
-Será mejor que vayamos al maletero y veamos que nos han traído. Con suerte ahí dentro hay una bazuca.
-Ay, ojala.- expuso la morocha.- o granadas.
Y ambas abrieron sus respectivas puertas y salieron a la fría noche. No realmente muy seguras fueron hacia el compartimiento trasero del auto y abrieron la tapa.
-Lo mato.-prometió Carolina.
-Y yo te ayudaré en eso-le aseguró su amiga.
Dentro del baúl solo encontraron botellas grandes con agua, que supusieron debía ser bendita, Tarros de sal, un libro, y dos cuchillos. Ni una sola arma.
-Por el bien de todos los ángeles, que esos dos cuchillos sean como el que Ruby le dio a Sam y Dean. Si no te juro que ayudaré a Lilith a romper sellos y dejo que Lucifer los mate a todos.-sentenció Danitza.
-Tendría que decirte que no puedes hacer eso.-comentó Caro por lo bajo.-Pero sinceramente…
-No podemos ir con solo esto Caro. Terminaremos muerta en segundos si esos cuchillos no sirven para matar demonios.
-Lo sé- concordó la morocha.-Aunque tenemos tu fusil.
-El cual es totalmente inútil ante lo que nos enfrentamos.
-Cierto.
Uno… dos… tres…
-¿Alguna idea?-preguntó Danitza.
-¿Y si nos fijamos en alguna de las casas? Estamos en Estados Unidos, tener armas no es tan anormal. Y aunque no nos sirvan contra demonios algo puede que los pare.
-¿En donde es anormal tener armas?-preguntó Dany.
-En Argentina lo es Danitza.
-Ah… lo siento. Chica que vive en Honduras, ¿recuerdas?
Carolina dio vuelta los ojos.
-Entonces, ¿vemos en las casas?
-Si.-respondió la pelinegra.
-¿Y luego a matar algunos demonios que seguramente nos regresaran el favor?
-Sip.- volvió a decir y añadió.- ¿Preparada?
-No, ¿vos?
-Ni un poquito.
Re: Camino al Infierno//////Secuela de "Despertar con los muertos"
Capitulo 4.
-Vamos a morir-declaró Carolina.
-Ya es la cuarta vez que lo dices, Caro.
-Simplemente reitero lo que sé que ocurrirá.
-Pues no es muy alentador que digamos.-le respondió Danitza mientras que bajaba la voz.
Armada Carolina con armas, Danitza con su rifle, y ambas chicas con botellas de agua, tarros de sal y un libro que contenía los exorcismos que necesitaban , ambas se encontraban agazapadas debajo de unos arbustos de poca estatura que se encontraban a las afueras del cementerio.
Enfrente de ellas, a unos treinta metros al menos, diez personas, o lo que estaban seguras eran demonios iban y venían en frente de un altar rodeado de velas.
-¿Vamos, disparamos hasta que no se sepa que son humanos de tantas balas, y los exorcizamos?-preguntó Carolina.
-No tenemos suficientes balas como para eso Caro.
-Cierto. ¿Alguna otra idea?
Danitza pensó un momento y el rostro se le ilumino.
-Ya sé.
-¿Qué sabes?
-Tengo una idea.-le dijo.
-De eso me di cuenta Danitza. ¿Qué idea?
Dany sonrió.
-Seguime- y salió a gachas del escondite para volver a esconderse entre las casas de la ciudad.
------------------------
-Esto es una mala idea.-le reprochó Caro.
-¿Tenes una mejor?
-Aparte de que esto seguro se lo copiaste a Sam, ¿Cómo sabemos que no van a simplemente levantar la mano y volar el coche en mil pedazos?-preguntó Carolina viendo enfrente suyo un automóvil con parlantes en la parte de arriba.
Al parecer Danitza lo había visto en su ida al cementerio, eran de aquellos autos utilizados para publicidades, y su idea era la de grabar el exorcismo y luego reproducirlo, teniendo esperanzas de que funcionara para mandar al infierno al menos a una buena parte de los demonios del cementerio.
-No lo sabemos, pero es lo mejor que se me ocurre sin tener que ir directamente a enfrentarnos contra diez demonios. Nos cortarían en pedacitos.
-Créeme que eso lo sé.- le aseguró Caro.-Bueno, ¿lo ponemos a una cuadra y subimos el volumen al máximo?
-Sí.- sonrió Danitza, y sacó las llaves del auto y se las entregó a Caro. –Tú manejas hasta allá. Yo voy caminando para luego atacar por el otro lado.
El rostro de Caro no era muy feliz.
-¿Por qué yo soy la que manejo?
-Porque eres la que sabe. Todavía no fui a hacer mi examen.
-Todavía no fuiste con el dinero para que te den directamente el carnet querrás decir.
-Cierto, cierto.
-Que te lo den no significa que para la próxima te deje conducir Dany. - le advirtió la morocha.-Tengo mis dudas acerca del examen en Honduras, así que hasta que yo misma no te tome examen no me pongo de acompañante.
-Tramposa.
-Me gusta vivir Dany, simplemente es eso.
Y ambas partieron hacia sus respectivos lugares.
-------
Carolina no perdió el tiempo y puso la grabación del exorcismo que habían hecho en una de las casas con un micrófono. Luego de eso subió el volumen al máximo, tomando en cuenta como le destruía los oídos, estaba seguro que los demonios en el cementerio a una cuadra lo escuchaban, lo cual seguramente les haría venir e intentar destruir la fuente de aquello que quería mandarlos nuevamente al infierno, por lo que verían a Carolina, algo que no quería que pasara. Por lo que en cuanto terminó el hacer lo que debía hacer, salió como alma a la que sigue el diablo (lo cual luego sería bastante literal) y corrió en búsqueda de Danitza.
--
Mientras tanto, en el cementerio, las cosas no iban muy bien.
Para los demonios por suerte, pensaba Danitza.
Hacia unos diez segundos que el exorcismo podía ser oído, y uno de los demonios ya había sido enviado al infierno. Tenían suerte de que hablaban español, y que el pronunciar latín les fuera fácil. Si los exorcismos estuvieran en algo así como alemán ya podían ir cavando sus tumbas en el lugar para ahorrar tiempo.
Un ruido detrás de ella casi la hace saltar del escondite en donde estaba. Pero con solo girar la cabeza Danitza pudo visualizar a Carolina que se ponía a su lado mientras intentaba contener la respiración luego de correr.
-¿Cómo va todo?-preguntó.
La pelinegra volvió su vista al cementerio. Todos los demonios excepto uno corrían en dirección del coche estacionado. Podían escuchar sus gritos, y los intentos de evitar el exorcismo, mientras que uno a uno iban cayendo.
Nueve abajo.
Hasta que el último que había quedado en el cementerio levantó la mano y el coche explotó en llamas.
-Te dije que iba a pasar.-le comentó Carolina.
-Te apuesto a que ese es Astaroth.-le dijo Danitza.
-¿Para qué? Ya sé que es él. No hay forma que el último que quedara seria uno fácil.
El demonio se apartó del altar de velas que tenía enfrente y escrudiño la oscuridad, al parecer, seguramente, buscando por ellas, por el causante de todo esto.
-¿Qué hacemos?-preguntó Caro.
-¿Crees que las balas ahora nos sirvan? ¿O los cuchillos?
-Quizás. ¿Queres ir ahora a atacarlos con ellos?-dijo Caro con sarcasmo.
-Luego de que vaciemos todos los cartuchos de mi fusil.
-Me parece buena idea.
-Salgan Dean, Sam. Había escuchado mucho de ustedes, pero no que fueran cobardes que no muestran la cara.
Carolina y Danitza miraron al demonio que acababa de hablar.
-Dany, me siento alagada. Nos confunden con Sam y Dean.
-¿Balas Caro?-preguntó Danitza.
-Ah sí...- y Carolina saco de su bolso un arma para francotirador.
Danitza la miró estupefacta.
-¿Y donde conseguiste eso tu?
-En una de las casas, ¿Dónde más? Sinceramente tendrías que haber entrado conmigo. Creo que era el hogar de un terrorista o algo así, nunca había visto tantas armas en toda mi vida.
-¿Me trajiste algo?-preguntó Dany esperanzada.
Y Caro sacó una M16.
Los ojitos de Danitza brillaron.
-Ya sabía que eras mi amiga por algo, Caro.
Y ambas amigas se posicionaron para disparar.
-¿Atacamos de frente saliendo de aquí o quedamos como cobardes desde acá atrás?-preguntó Danitza mientras sacaba el seguro del arma.
Carolina la miró.
-No sé tú, pero yo quiero vivir. Vamos allá y con una movida de la mano nos saca las armas de las nuestras. Desde acá atrás lo hacemos, no me importa que se les ocurra decir a alguien de que somos cobardes. Necesito llegar a casa en una pieza.
-Bien dicho.-concordó Danitza.
Y ambas dispararon.
No supieron cuanto tiempo estuvieron haciéndolo. Pero luego de eso todo fue moviéndose en cámara lenta. Dispararon una tanda más y luego salieron corriendo hacia el demonio.
Danitza le clavó uno de los cuchillos, y una luz que ya conocían recorrió a la criatura.
Carolina clavó el otro simplemente para asegurarse.
Luego de eso ambas se miraron.
-¿Estamos vivas?-preguntó la morocha.
-Al parecer. ¿Deberíamos destruir el altar?-pregunto Danitza mientras que miraba a espalda de su amiga.
Esta última se dio vuelta.
-Supongo que será lo mejor.-coincidió y avanzó y comenzó a tirar todo al suelo, velas, vasos y platos que sinceramente creía no querer saber que contenían.
-Sabes, suponía que para este entonces ya deberíamos estar en casa.-comentó Danitza.
-Seguramente ya pasará, a lo mejor Castiel se tiene que dar una vuelta antes de que ocurra.-le respondió Carolina y luego quedó con la mirada perdida.- Ay, qué raro es decir eso.
Danitza rió.
-Hey, Dany.
-¿Si, Caro?
-¿Crees que mi familia se crea que conocí a un ángel?-le preguntó Carolina mientras miraba a los alrededores y pensaba en cuando desaparecerían de allí para estar nuevamente en sus cuartos.
-Creo que sí.- dijo su amiga.-Y si yo le cuento a alguien quizás me lo creen, aunque seguro que se piensan que el mío se llamaba Lucifer.
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Bueno Danitza, espero que te guste la historia. A mi especialmente me agradó el capítulo 3. XD Que visión ver a Castiel, jaja. Bueno, Me dices que te pareció. Es orden ¬¬
-Vamos a morir-declaró Carolina.
-Ya es la cuarta vez que lo dices, Caro.
-Simplemente reitero lo que sé que ocurrirá.
-Pues no es muy alentador que digamos.-le respondió Danitza mientras que bajaba la voz.
Armada Carolina con armas, Danitza con su rifle, y ambas chicas con botellas de agua, tarros de sal y un libro que contenía los exorcismos que necesitaban , ambas se encontraban agazapadas debajo de unos arbustos de poca estatura que se encontraban a las afueras del cementerio.
Enfrente de ellas, a unos treinta metros al menos, diez personas, o lo que estaban seguras eran demonios iban y venían en frente de un altar rodeado de velas.
-¿Vamos, disparamos hasta que no se sepa que son humanos de tantas balas, y los exorcizamos?-preguntó Carolina.
-No tenemos suficientes balas como para eso Caro.
-Cierto. ¿Alguna otra idea?
Danitza pensó un momento y el rostro se le ilumino.
-Ya sé.
-¿Qué sabes?
-Tengo una idea.-le dijo.
-De eso me di cuenta Danitza. ¿Qué idea?
Dany sonrió.
-Seguime- y salió a gachas del escondite para volver a esconderse entre las casas de la ciudad.
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-Esto es una mala idea.-le reprochó Caro.
-¿Tenes una mejor?
-Aparte de que esto seguro se lo copiaste a Sam, ¿Cómo sabemos que no van a simplemente levantar la mano y volar el coche en mil pedazos?-preguntó Carolina viendo enfrente suyo un automóvil con parlantes en la parte de arriba.
Al parecer Danitza lo había visto en su ida al cementerio, eran de aquellos autos utilizados para publicidades, y su idea era la de grabar el exorcismo y luego reproducirlo, teniendo esperanzas de que funcionara para mandar al infierno al menos a una buena parte de los demonios del cementerio.
-No lo sabemos, pero es lo mejor que se me ocurre sin tener que ir directamente a enfrentarnos contra diez demonios. Nos cortarían en pedacitos.
-Créeme que eso lo sé.- le aseguró Caro.-Bueno, ¿lo ponemos a una cuadra y subimos el volumen al máximo?
-Sí.- sonrió Danitza, y sacó las llaves del auto y se las entregó a Caro. –Tú manejas hasta allá. Yo voy caminando para luego atacar por el otro lado.
El rostro de Caro no era muy feliz.
-¿Por qué yo soy la que manejo?
-Porque eres la que sabe. Todavía no fui a hacer mi examen.
-Todavía no fuiste con el dinero para que te den directamente el carnet querrás decir.
-Cierto, cierto.
-Que te lo den no significa que para la próxima te deje conducir Dany. - le advirtió la morocha.-Tengo mis dudas acerca del examen en Honduras, así que hasta que yo misma no te tome examen no me pongo de acompañante.
-Tramposa.
-Me gusta vivir Dany, simplemente es eso.
Y ambas partieron hacia sus respectivos lugares.
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Carolina no perdió el tiempo y puso la grabación del exorcismo que habían hecho en una de las casas con un micrófono. Luego de eso subió el volumen al máximo, tomando en cuenta como le destruía los oídos, estaba seguro que los demonios en el cementerio a una cuadra lo escuchaban, lo cual seguramente les haría venir e intentar destruir la fuente de aquello que quería mandarlos nuevamente al infierno, por lo que verían a Carolina, algo que no quería que pasara. Por lo que en cuanto terminó el hacer lo que debía hacer, salió como alma a la que sigue el diablo (lo cual luego sería bastante literal) y corrió en búsqueda de Danitza.
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Mientras tanto, en el cementerio, las cosas no iban muy bien.
Para los demonios por suerte, pensaba Danitza.
Hacia unos diez segundos que el exorcismo podía ser oído, y uno de los demonios ya había sido enviado al infierno. Tenían suerte de que hablaban español, y que el pronunciar latín les fuera fácil. Si los exorcismos estuvieran en algo así como alemán ya podían ir cavando sus tumbas en el lugar para ahorrar tiempo.
Un ruido detrás de ella casi la hace saltar del escondite en donde estaba. Pero con solo girar la cabeza Danitza pudo visualizar a Carolina que se ponía a su lado mientras intentaba contener la respiración luego de correr.
-¿Cómo va todo?-preguntó.
La pelinegra volvió su vista al cementerio. Todos los demonios excepto uno corrían en dirección del coche estacionado. Podían escuchar sus gritos, y los intentos de evitar el exorcismo, mientras que uno a uno iban cayendo.
Nueve abajo.
Hasta que el último que había quedado en el cementerio levantó la mano y el coche explotó en llamas.
-Te dije que iba a pasar.-le comentó Carolina.
-Te apuesto a que ese es Astaroth.-le dijo Danitza.
-¿Para qué? Ya sé que es él. No hay forma que el último que quedara seria uno fácil.
El demonio se apartó del altar de velas que tenía enfrente y escrudiño la oscuridad, al parecer, seguramente, buscando por ellas, por el causante de todo esto.
-¿Qué hacemos?-preguntó Caro.
-¿Crees que las balas ahora nos sirvan? ¿O los cuchillos?
-Quizás. ¿Queres ir ahora a atacarlos con ellos?-dijo Caro con sarcasmo.
-Luego de que vaciemos todos los cartuchos de mi fusil.
-Me parece buena idea.
-Salgan Dean, Sam. Había escuchado mucho de ustedes, pero no que fueran cobardes que no muestran la cara.
Carolina y Danitza miraron al demonio que acababa de hablar.
-Dany, me siento alagada. Nos confunden con Sam y Dean.
-¿Balas Caro?-preguntó Danitza.
-Ah sí...- y Carolina saco de su bolso un arma para francotirador.
Danitza la miró estupefacta.
-¿Y donde conseguiste eso tu?
-En una de las casas, ¿Dónde más? Sinceramente tendrías que haber entrado conmigo. Creo que era el hogar de un terrorista o algo así, nunca había visto tantas armas en toda mi vida.
-¿Me trajiste algo?-preguntó Dany esperanzada.
Y Caro sacó una M16.
Los ojitos de Danitza brillaron.
-Ya sabía que eras mi amiga por algo, Caro.
Y ambas amigas se posicionaron para disparar.
-¿Atacamos de frente saliendo de aquí o quedamos como cobardes desde acá atrás?-preguntó Danitza mientras sacaba el seguro del arma.
Carolina la miró.
-No sé tú, pero yo quiero vivir. Vamos allá y con una movida de la mano nos saca las armas de las nuestras. Desde acá atrás lo hacemos, no me importa que se les ocurra decir a alguien de que somos cobardes. Necesito llegar a casa en una pieza.
-Bien dicho.-concordó Danitza.
Y ambas dispararon.
No supieron cuanto tiempo estuvieron haciéndolo. Pero luego de eso todo fue moviéndose en cámara lenta. Dispararon una tanda más y luego salieron corriendo hacia el demonio.
Danitza le clavó uno de los cuchillos, y una luz que ya conocían recorrió a la criatura.
Carolina clavó el otro simplemente para asegurarse.
Luego de eso ambas se miraron.
-¿Estamos vivas?-preguntó la morocha.
-Al parecer. ¿Deberíamos destruir el altar?-pregunto Danitza mientras que miraba a espalda de su amiga.
Esta última se dio vuelta.
-Supongo que será lo mejor.-coincidió y avanzó y comenzó a tirar todo al suelo, velas, vasos y platos que sinceramente creía no querer saber que contenían.
-Sabes, suponía que para este entonces ya deberíamos estar en casa.-comentó Danitza.
-Seguramente ya pasará, a lo mejor Castiel se tiene que dar una vuelta antes de que ocurra.-le respondió Carolina y luego quedó con la mirada perdida.- Ay, qué raro es decir eso.
Danitza rió.
-Hey, Dany.
-¿Si, Caro?
-¿Crees que mi familia se crea que conocí a un ángel?-le preguntó Carolina mientras miraba a los alrededores y pensaba en cuando desaparecerían de allí para estar nuevamente en sus cuartos.
-Creo que sí.- dijo su amiga.-Y si yo le cuento a alguien quizás me lo creen, aunque seguro que se piensan que el mío se llamaba Lucifer.
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Bueno Danitza, espero que te guste la historia. A mi especialmente me agradó el capítulo 3. XD Que visión ver a Castiel, jaja. Bueno, Me dices que te pareció. Es orden ¬¬
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