Los Cuatro Jinetes

Los cuatro Jinetes.

Se despertó entre escombros, sucia y dolorida, confundida y en silencio. El cielo era rojo carmín, nubes se movían, y el cielo lloraba, porque eso no era lluvia, era lamento. ¿Qué podía ser lo que estuviera ocurriendo allí? ¿Dónde había quedado la seguridad de la cama, de la casa, de su cuarto?

Miró hacia arriba y el miedo la invadió.

Luchó, forcejeó y cayó.

Otro corte, otro dolor.

Escuchó pasos a su alrededor. Pasos rápidos, gente corriendo, gente gritando. Pero no les entendía. Sus vociferaciones eran algo de otro mundo, algo a lo que no debía prestar atención. Porque había una amenaza más grande. Lo sentía en su piel, en sus labios, en su corazón. Debía correr, salir de allí. Y no dejar que la agarraran.

Se incorporó y se sintió caer en el abismo. Noche, destrucción.

El cielo caído.

Miró a los alrededores y creyó estar en el infierno. El paisaje rojo, carmín, sangre. Viento que desgarraba, quemaba, arrancaba. Cerró los ojos, y pensó en quedarse así para siempre.

Paz en la oscuridad, eso deseaba en esos momentos. No poder ver, porque ver solo traería a su mente lo que acababa de vislumbrar. Y no creía poder hacerlo más de lo que lo había hecho.

No había lugar para duda, para la preocupación, para la esperanza, para la histeria. Ese sitio no dejaba pensar, aunque se tuviera los ojos cerrados y se acostara. Porque los gritos, las suplicas, la esperanza, la desesperación penetraban en uno como cuchillos al rojo vivo, como lanzas clavadas alrededor de todo el cuerpo.

Abrió los ojos.

Corrió.

Entre los escombros, las ruinas, la sangre, los cuerpos.

Solo eso hizo.

No sabía de que escapaba, pero incluso aunque lo estuviera haciendo sabía que no podría, algo la atraparía, aunque no supiera qué.

Y una luz amarilla pálida, verde y blanca sin vida surgió de la nada.

Oyó pasos. No. Oyó cascos.

Y gritos. Cientos.

Creyó sentir como se le iba la vida, como algo se la arrancaba de lo más profundo de las entrañas, como se le clavaba una espada, como se moría de hambre y la atacaba un león.

Y luchó. Peleó contra ello, y siguió su camino.

Veía a gente caer, pero no sabían quiénes eran, sus rostros eran indiferentes, no importantes, sin textura antes sus ojos, sin nada identificable.

En ese momento solo importaba correr. Y escapar de la muerte.

---*---

Una segunda luz la arrasó, esta vez negra.

Una oscuridad total que la carcomió por dentro, le quitó la fuerza al cuerpo y la dejó allí, en el suelo, sin voluntad, sin fortaleza, sin esperanza, con hambre y casi sin poder pensar y principalmente…

Casi sin vida.

No podía morir allí, no en ese infierno, no sin respuestas, no sin luchar.

Y se levantó, pese al esfuerzo, lo logró y avanzó a ciegas por en medio de las tinieblas, por el centro del silencio nuevo que se había apoderado del sitio por el que transitaba. A lo lejos, el sonido de cascos casi la aturdió, pero solo la llenó de adrenalina que le permitió salir corriendo.

Porque ese ruido le había provocado pavor, terror, horror…

Y tenía que escapar de él.

Cerró los ojos con fuerza cuando pudo ver el enloquecedor paisaje de antes. A pesar de que no había tanta luz en el lugar, sus ojos ardieron. La oscuridad la había carcomido.

Se miró los brazos, tan delgados… tan pálidos…

No tenía mucho tiempo para salir de allí.

Porque sino el hambre y su debilidad corporal la matarían.

---*---

Caminó esta vez, porque su cuerpo no le permitía hacer otra cosa.

Un camino zigzagueante, lleno de plantas muertas, cuerpos de animales, de personas…, sangre en charcos, y por encima de su cabeza una luna llena matizada en rojo, que brillaba con inusual lucidez en semejante día.

Otro haz de luz la petrificó, este de color bermejo, café y rojo fuego. Sintió disparos, espadas chocar, hachas, flechas volar por el firmamento. Gritos de dolor, de angustia, de soledad.

Y todo lo sintió dentro suyo, destruyéndola por dentro, debilitando su mente, volviéndola loca, quitándole su razón, su inteligencia, su voluntad,

Abrió los ojos y vislumbró como la gente a su alrededor, sin rostro, sin en realidad poder verlos, se mataban unos a otros. Cada uno con su arma.

Con fiereza, determinación, odio, venganza. Todos se metían en la carnicería de dolor.

Y ella escapó.

Escapó porque todavía podía razonar, todavía tenía una voluntad, un propósito, una razón para seguir adelante. Quería salir de allí a toda costa.

Y con determinación salió de ese campo de guerra.

---*---

Siguió su camino, intentando alejarse, escapar, aunque no supiera a donde iba.

Su vida colgaba de un precipicio, y estaba a punto de caer. Casi arrastró su cuerpo por los ruinas, por ese lugar o planeta antes llamado Tierra. Siguió con su determinación.

Hasta que miró directo a la cuarta luz. Esta totalmente blanca.

Y vio al caballo y su jinete. Arco y flecha en mano. Y por detrás aparecieron Muerte, Guerra y Hambre. Y el apocalipsis se vislumbró en plenitud.

Ella miró al caballo blanco a los ojos, mientras que su jinete disparaba una flecha a su corazón. Aquel órgano que la mantenía viva, tanto espiritual como mortalmente.

Pero no debía tener esperanza, porque como todos saben.

El blanco había salido venciendo y para vencer.

No había forma de impedir lo contrario.

Bien, haciendo una pequeña critica constructiva, Avada, a este relato, tengo que decir que la dinámica, la velocidad de las descripciones y los adjetivos y sustantivos utilizados para ello ayudan muchísimo a que el lector se atrape en la narración y deseé saber más. Al ser un narrador en primera persona, el lector busca saber quién es y qué le sucede. Parece un magnífico prólogo a una historia fantástica (tipo guerra entre dos mundos con héroes y protagonista fuera de todo aquello que se ve envuelto sin saber como... dando mucha rienda a mi imaginación ). La sensación que he tenido al final ha sido un poco ansiosa. Me faltaba algo, me faltaba saber qué estaba ocurriendo con exactitud, aunque comprendo que ahí tú, como escritor, das rienda suelta a la imaginación del lector. Me has dejado con ganas de más y eso es bueno. El hecho de que utilices ideas tan abstractas para dar nombre a esos cuatro jinetes me ha paredico excepcional , un "ole" por ello. El hambre, la esperanza... como manejantes de la guerra y bandos... increíble ¿Algo negativo? Quizás que no es bueno abusar demasiado de ese ritmo rápido y en apariencia sin sentido que describe tan bien el caos de una situación. Por lo demás, parece ser que este relato necesita una secuela para que me quite la espinita que me has dejado clavada de intriga y nervios al leer. Muy oscuro, muy atrapante y con una idea central desde luego muy interesante y dispuesta a ser desarrollada. TE ANIMO A ELLO!

En primer lugar quiero agradecerte el review que me has dado, sin duda es uno de los mejores que alguna vez he recibido en mi vida. Valoro que te hayas tomado tu tiempo en hacerlo, me hace muy feliz.
Este relato rápido, como sabes que es, salió simplemente de la idea de los cuatro jinetes del apocalipsis. Tambien creo que es algo que podría utilizar para una historia más completa, pero en esos momentos y por ahora simplemente lo pensé como un corto rápido y atrapante que me encantó como quedó.
Si he de alguna vez seguirlo, o hacer algún relato largo con esto, será cuando tenga una muy buena idea de acerca de como irá la historia y cuales serán mis planes con ella. Pero tengo fe, porque este cuentito ( de horror, llamarlo cuentito lo hace sentir muy infantil) es una de mis creaciones a las cuales veo y no le encuentro falla dentro de lo que yo pensé que terminaría siendo.
Bueno, me despido y nuevamente agradesco este gran review.
Gracias Kénaz

De nada! Desde luego esto es lo que más nos anima a los escritores. Una buena crítica, que describa tu trabajo y que pueda aportarte algun punto de vista. Esta claro que es un buen comienzo si en algún momento te animas a desarrollarlo más. Y sé a que te refieres con eso de que te encanta la idea pero no la has pensado para nada más grande. Me sucede lo mismo con la mayoría de los relatos. En el momento más interesante, los corto. Me parecen entonces escepcionales y sinceramente me da miedo fastidiarlos. No se si será del todo tu caso pero te felicito de nuevo por tu trabajo. Saludos!!